DIME LO QUE PIENSAS Y TE DIRÉ LO QUE ERES
Los pensamientos tóxicos que invaden nuestra mente día a día no solo permanecen en nuestra mente, sino que se expanden en toda nuestra aura hasta tal punto de afectar nuestro ser exterior. Lo que somos por dentro se refleja en nuestra parte externa.
Son muchos los acontecimientos que pueden llevarnos a mantener la mente día y noche de dudas, miedos, rabias, tristezas, desengaños, entre otras. Los mantenemos ahí porque hemos experimentado situaciones inesperadas o muy chocantes que no aceptamos y nos rehusamos a confrontar, y lo que hacemos es luchar una batalla interna donde los cuestionamos en lugar de afrontarlos.
Duré más de 5 años aferrada a un dolor que no quería sanar, había quedado en bancarrota, la persona que más amaba me dio toda la espalda, mis amigos cercanos se alejaron poco a poco y para colmo de males mi familia más cercana se mantenía lejos de mí.
Las personas empiezan a sentirte contaminada y no quieren contagiarse, tu energía es tan fuerte y se evidencia tanto el cambio que la gente no se siente tranquila al lado de uno y lo más fácil es tomar distancia.
Con todo esto solo pensaba que la vida era eso, una farsa, llena de gente que te apuñala por detrás, llena de situaciones tormentosas, pensaba de esa forma y así seguían pasando cosas desastrosas en mi vida.
No aceptaba mi situación, pues venía con un modo de vida muy pudiente, viajes al exterior, cenas en donde quisiera, ropa cuando me antojaba, y de repente todo ese mundo perfecto se me vino al piso.
Cerraba los ojos para ver si era solo una pesadilla, pero pasaron los días, meses y años y me di cuenta que era mi realidad, lloraba todos los días, y me rehusaba a entender para qué y por qué me pasaba lo que me estaba pasando, no quería entender las razones del cambio en las personas y cómo se volvían malvadas.
Cada mañana me despertaba arrepentida de todas las lágrimas derramadas, solo porque mis ojos delataban mi cruda noche y no quería que nadie sintiera lástima por mí. Cada mañana me decía, no más lágrimas, hasta que un día pude con determinación tomar la decisión de no volver a llorar.
Ya me empezaba a sentir como una persona tóxica y no quería irradiar eso, quería volver a ser la YO de antes y con millones de súplicas se lo pedí a Dios y al Universo, les pedí recuperar la mejor versión de mi misma, leí libros de inteligencia emocional, de superación de crisis y de felicidad que antes me parecían cliché, pero que fueron mi mejor compañía para enfrentar mi fracaso.
Puse frases en todo mi apartamento para mantener la mente con ideas agradables y poco a poco me sentía mejor, empecé a practicar un nuevo deporte, fui capaz de volver a salir con un hombre y mi situación económica empezó a mejorar de manera increíble, me sentía muy bien y muy agradecida.
Agradecía de esa crisis tan fuerte que sentí me había robado años pero en realidad me había multiplicado la dicha porque me permitió crecer como persona y ayudar a otras a dar pasos cuánticos en situaciones similares.
Y lo primero que les digo hoy cuando están en una situación similar, es que obliguen a su mente a tener pensamientos positivos hasta que ella se acostumbre, vuelvanlos un hábito y rechacen los negativos.
Si la bancarrota, la traición y la soledad, no pudo matarme a mí, créeme que, si estás en una situación similar, tampoco lo hará contigo. Solo alimenta la mente de pensamientos positivos, ese es mi secreto.
Julie G.
Spicy Grape Team