¿SOY MASOQUISTA AL VOLVERME A ENAMORAR?

Luego de finalizar una relación nuestra frase a patentar es “No me vuelvo a enamorar”. Juan Gabriel se nos quedó en pañales. El sentimiento que tenemos en ese momento lleno de vacíos, tristeza y soledad, nos aterroriza y lo odiamos tanto que nos aborrece la idea de tenerlo de nuevo.

La soledad que se crea al terminar una relación es muy alta, porque se acaban los momentos compartidos que solías tener con esa persona. Cuando estamos con una pareja tendemos a convertirla en nuestro todo, a centrar todos los planes con esa persona, o incluirla en los planes de los cuales no hacía parte, nos olvidamos del mundo que hay afuera porque sentimos que nada ni nadie más hace falta sino esa persona y hasta llegamos a olvidarnos de nuestros seres cercanos, no necesitamos de nadie más porque con nuestra pareja logramos hacer todo.

Por otro lado, hay casos donde no nos olvidamos de tener otra vida, también nos llega ese sentimiento de no querer estar de nuevo con alguien porque consideramos el enamoramiento como un sufrimiento, esa sensación de vacío que surge al finalizar una relación es tan profunda que no logramos compensarla con los bellos momentos vividos cuando todo funcionaba de maravilla. Los recuerdos se convierten en nostalgia y las lágrimas se apoderan de nosotras. Entonces decretamos firmemente: NO ME VUELVO A ENAMORAR …

¿Pero por qué le damos la espalda a una de las sensaciones más bonitas que el alma puede experimentar? Porque nos llenamos de cobardía y miedo de volver a estar en una situación similar. Nos sentimos tan vulnerables que creemos que cualquiera puede llegar a hacernos daño, y olvidamos todas las bondades que trae el amor.

Amar y ser amados es una oportunidad a la que no podemos negarnos, le creamos una barrera al amor por la falsa idea de repetir una historia que en el fondo ni entendemos. Ni siquiera entendemos cómo fue que nos enamoramos.

El enamoramiento se produce por la cantidad de neurotrasmisores que liberamos cuando compartimos con nuestra pareja, cuando la tenemos cerca y los momentos se van intensificando, esto hace que cada sensación sea más fuerte y percibamos de forma intensa cada sentimiento agradable que se genera al compartir con esa persona. Por tal razón para algunas personas es más fácil enamorarse que para otras, porque su grado de intensidad de cada emoción es mayor y así mismo su lado emocional tiene más fuerza que el racional.

Acá es cuando debes indagar si te ilusionas o idealizas rápidamente a tu pareja, porque probablemente estés guiada por las emociones que llegan por medio de estas sustancias químicas, ten presente que estas sensaciones involuntarias pueden tener una escala diferente en tu pareja y es aquí cuando debes evidenciar sí ambos van hacia el mismo camino, porque esta etapa del enamoramiento conduce hacia el amor, cuando llegamos a amar a una persona, se crean proyecciones y propósitos compartidos.  Por eso cuestiónate si:

• ¿Te trata de la misma manera como tú lo tratas o cómo tú quieres ser tratada?
• ¿Sienten la misma atracción el uno hacia el otro?
• ¿Se ve en unos años contigo?

Cada experiencia en la vida es un aprendizaje que nos ayuda a crecer, si entendemos el para qué de la relación que acabamos de vivir, comprendemos cada sensación y emoción que se liberó en la relación y capturamos lo que necesitamos para no volver a cometer los mismos errores y para dar con el hombre correcto, seremos capaces de tenerlo a nuestro lado.

Interioriza y reflexiona sobre cada momento de tu anterior relación para que logres entender los mensajes del universo, luego haz el debido análisis de la experiencia y captura lo que tú quieres y aceptas en una relación. Pero no le huyas al amor y menos a las mariposas en el estómago, son de las sensaciones más placenteras que nuestro cuerpo experimenta.

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Julie G.
Spicy Grape Team